«Yo por vos doy la vida» decimos por aquellos que amamos. Y digo «por aquellos pero si tenemos aunque sea una persona en nuestra vida por la cual aplicaríamos esa frase tendríamos que sentirnos más que afortunados.
Mi hermano, este ser increíble que tengo siempre al lado, me regalaba años atrás la oportunidad de donarle un riñón. No miento si les digo que aunque no dudé me asusté , en las patas (diría mi abuela cata) y más. Quién podría pensar que esas frases utópicas que tiramos y no al azar se pueden presentar en la vida de uno así, y sin más. Y digo «me regalaba» porque desde aquel día recibo más de lo que di.
Desde aquel día él podrá decir que yo le cambié la vida pero en verdad fue él, el que cambió por completo la mía.
Hoy tengo un riñón menos pero un corazón más.
Mi vida después de aquel día no volvió a ser igual y sin duda, hoy con el diario del lunes, si la vida me presentase nuevamente la oportunidad de donar para salvar, le diria: a donde me anoto? Una vez más…