Poyos de Junín
Los poyos de Junín
están allí. Resisten.
Abrazo solidario
de la casa y la calle.
Corazón donde late
el ritual del encuentro
los poyos de Junín
todavía pregonan
el saludo, la pausa
y el paisaje sereno.
Son para la vereda
lo que el fruto en el árbol.
Diversos, pero siempre
arrimados allí
donde la casa empieza
y les presta espaldar.
Son una mano abierta
un bastón, un refugio
una cita y un juego
un alivio estival.
Son un alma en silencio
donde quizá se siente
el espíritu mismo
de la calle de todos:
la muestra más sencilla
de lo que es la ciudad.