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Informe de la charla «Una Agenda para el agua en Junín»

Informe: Charla “Una agenda para el agua en Junin”

 Disertantes:

– Eduardo Kruse, Geólogo.

– Marcelo Rastelli, Ingeniero Hidráulico.

Resumen:

La Fundación Ciudad Abierta, en conjunto con la UNNOBA, impulsó una jornada de introducción teórica al sistema hídrico de la región de Junín y sus implicancias en las actividades productivas, recreativas y sociales, con el objetivo de comenzar a trabajar en una agenda para el agua en Junín.

Conceptos generales

  • Características Geológicas e Hídricas: La Llanura Pampeana, caracterizada por ser una extensa planicie formada por depósitos sedimentarios sobre un basamento de rocas cristalinas de la era Precámbrica, presenta un balance hídrico donde los flujos horizontales de agua (movimiento del agua subterránea y escorrentía superficial) son relativamente menores en comparación con los flujos verticales (precipitaciones, infiltración y evapotranspiración). Los espejos de agua de la región dependen en gran medida de los niveles freáticos y de las precipitaciones, que en el promedio anual para la cuenca a largo plazo es de 870 mm, mostrando una tendencia general de aumento de sur a norte.
  • El Río Salado: Principal corredor fluvial de la región, se comporta como un típico curso de llanura con pendientes promedio de 1 m cada 10 km. Esto influye directamente en los niveles de agua subterránea. Durante épocas de lluvias prolongadas, la recarga del acuífero aumenta, superando la pérdida por evaporación y haciendo que los niveles freáticos asciendan hasta la superficie, lo que puede causar anegamientos e inundaciones. En períodos de sequía, el fenómeno es inverso.
  • Plan Maestro del Río Salado: Este plan se formula para mitigar los efectos de las amenazas hídricas y fomentar el desarrollo integral y sostenido de la región. Sus objetivos incluyen reducir los impactos negativos de sequías e inundaciones en la economía de la cuenca, mejorar las condiciones económicas mediante el desarrollo sostenible, y preservar y desarrollar el valor ambiental del área de estudio. El plan contempla Medidas Estructurales, No Estructurales y de Apoyo.
  • Medidas Estructurales: Entre las principales obras se encuentra la canalización y dragado del río Salado, iniciadas en 2003. Estas obras tienen como objetivo retirar constricciones y altos fondos, ampliando la capacidad del cauce del río para cumplir con los requerimientos hidráulicos del plan. Hasta la fecha, se han ejecutado aproximadamente 300 km de obra en el rio, 196 km de canales de drenaje primario, dos obras de regulación y control de inundaciones en las Lagunas La Salada y Mar Chiquita, además de obras de retención en las Lagunas de Gómez y El Carpincho. Las inundaciones recientes (2008 y 2017) han demostrado la efectividad de estas obras y sus beneficios para la región de Junín.

  •  Medidas No Estructurales: Estas medidas se enfocan en mejorar el manejo del recurso hídrico, fomentar la participación comunitaria, incrementar la producción agropecuaria y asegurar la protección ambiental, además de promover el turismo. Identificamos que en nuestra región existe un déficit en la implementación de estas medidas, lo que representa los mayores desafíos a corto y mediano plazo.

 

Desafíos:

  • Involucrar a la UNNOBA como actor imprescindible en la gestión educativa y técnico/profesional. Su inclusión en diversos programas relacionados con la gestión del agua, debe ser considerado como una fortaleza regional.
  • Crear programas de extensión, apoyo, educación, consultas y difusión sobre la temática.
  • Crear programas para el manejo de inundaciones y sequías con participación de los involucrados.
  • Promover la conformación de consorcios a partir de la asistencia técnica y jurídica.
  • Crear dispositivos de participación en la comunicación y alertas tempranas.
  • Crear un registro del monitoreo hidrometeorológico a partir de redes de cooperación.
  • Integrar las actividades técnicas y científicas de la región para el estudio y registro del monitoreo de agua y su calidad.
  • Divulgar las metodologías y protocolos vigentes para la operación y mantenimiento de obras hidráulicas ejecutadas, participando en su optimización.
  • Evaluar cómo las actividades urbanas, industriales y agrícolas impactan en la calidad y el flujo de agua.
  • Evaluar cómo las actividades de manejo de los recursos hídricos afectan otros aspectos del medio ambiente.
  • Crear un programa de buenas prácticas agropecuarias.
  • Promover el ecoturismo en la región.

Conclusión:

Se ha avanzado significativamente en el manejo del agua en nuestra región gracias a obras de infraestructura de gran magnitud y a la experiencia adquirida en la gestión de temporadas de inundaciones y sequías. A lo largo de estos años, se han tomado decisiones con más y menos éxito, muchas veces de manera urgente y con poca participación de la comunidad. Esta experiencia constituye una fortaleza que debemos reconocer. Sin embargo, aún queda mucho trabajo por hacer en comunicación, educación, asistencia técnica a los usuarios, participación, registro de datos, alertas tempranas y coordinación. Creemos que hemos dado el primer paso y estamos ante una oportunidad para mejorar nuestras debilidades y enfrentar futuras amenazas con un enfoque más inclusivo y participativo, optimizando el rigor técnico y profesional de la gestión del agua.

Categoría: Noticias, Publicaciones
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